domingo, 29 de septiembre de 2013

A veinte años de “Entre la Pena y el Gozo”


“Entre la Pena y el Gozo”, mi primer proyecto discográfico como solista, fue editado en 1993 y ahora, veinte años después, regresa a los escenarios y a los estantes de las tiendas.  Este es un aniversario importante pues no solamente celebra el inicio de mi carrera solista sino que me permite volver a poner en las manos y en los oídos de mi público uno de los discos más significativos de mi discografía, y revisitar el repertorio que ha sido mi fuente de inspiración.
Para seguir con las campanas del festejo he pedido a uno de mis cómplices importantes en aquél lanzamiento que me ayude a recordar:


Corría el año 1993 cuando Jaramar irrumpió para fortuna de la escena musical de México con su álbum debut “Entre la Pena y el Gozo”. 

Yo dirigía el sello Grabaciones Lejos del Paraíso y recuerdo claramente haber sido cautivado al recibir aquel cassette en el que sonaban instrumentos y músicas antiguas que se entrelazaban con la voz de Jaramar.  Había una propuesta y frescura en el proyecto que no dejaba lugar a dudas de que teníamos por fortuna una nueva cantante en la escena mundial y además Mexicana. En paralelismos de tiempos, Madredeus iniciaba su carrera en Portugal y Jaramar en nuestro país.  Los temas de aquel cassette estaban casi listos para masterizarse y ser lanzados en CD ­– se iniciaba el adiós a los viniles.

En esos años había pocos MIXUP's, pero cuando mandamos el primer pedido a una sucursal ubicada en el sur del Distrito Federal, lo tocaron al aire y algo mágico ocurrió, se vendieron todas las copias en 2 días y empezaron los pedidos sorprendiendo a todos hasta escalar al primer lugar en ventas de la sección de World Music.  Ese fue el inicio de una relación entrañable y productiva entre la discografía de Jaramar y Grabaciones Lejos del Paraíso, quien sacó sus 3 primeros discos: “Entre la Pena y el Gozo”, “Fingir que Duermo” y “Si yo Nunca Muriera”. Ya para estas fechas habían arrancado las operaciones discográficas del sello hermano Opción Sónica, bajo el cual salieron sus 3 siguientes producciones : “Lenguas”, “A Flor de Tierra” y “Nadie Creerá el Incendio”. Muchas historias, muchos conciertos y sucesos alrededor de esta vital parte de la historia de Jaramar.

Con esta reedición y a 20 años de distancia, es un gozo enorme saber que esta certera colección de canciones podrá ser valorada por las nuevas generaciones, asegurando un continuum al proyecto de vida que Jaramar, persistentemente, al paso de sus 13 producciones y con una intuición  e inquietud artística incansables, ha esculpido dentro de la escena musical del mundo. Este reset es también una recarga emocional y sónica para aquel primer disco tan significativo en su carrera, que hoy a 20 años de distancia acumula muchos más gozos que penas, conduciéndonos cada vez más cerca que lejos del paraíso.

Que vengan muchos mas...

Edmundo Navas
Fundador de Grabaciones Lejos del Paraíso y Opción Sónica
Verano 2013



miércoles, 18 de septiembre de 2013

Cuando veinte años sí son muchos.




Hace unos meses me dí cuenta de que a finales de este año se cumplirán veinte de la salida de mi primer disco como solista, es decir, del arranque de este viaje en el que yo he sido quien maneja el timón y que ya lleva una lista respetable de títulos discográficos y de muchas otras aventuras más.

“Entre la pena y el gozo” se llama aquella primera grabación en llevar mi nombre encabezando un proyecto musical. Fue el primer proyecto que yo podía sentir que me reflejaba mejor que cualquier otro de los que había formado parte hasta ese momento; al menos eso era lo que yo estaba intentando que sucediera.  Para lograrlo decidí partir del universo musical que había descubierto por un golpe de suerte y del cual me había enamorado desde la “primera cantada”: aquellas canciones antiguas españolas, que a pesar de haber sido compuestas hacía siglos estaban llenas de frescura y eran profundamente bellas, y que yo llevaba años cantando de manera paralela a los que habían sido mis “proyectos principales”.  Casi todas eran canciones de amor, por eso el título, ya que hablaban del amor en todos sus matices y colores.  Y también abundaban las canciones de origen sefardí, es decir aquellos maravillosos cantos de los judíos españoles transmitidos por tradición oral, principalmente de madres a hijas, y que los judíos se llevaron por el mundo después de su exilio de España…… cantos que en los siglos posteriores llegaron a México y dejaron sus versos plasmados en muchas canciones de la lírica popular.  Esas canciones cantadas en “ladino”, el español arcaico de los judíos sefardíes, de las que yo me había enamorado y con las que tenía yo una maravillosa y sorprendente afinidad – me gustaban y yo parecía gustarle a ellas…

“Puncha puncha, la rosa huele que el amor mucho duele, tú no naciste para mí, presto aléjate de mí
 “Por amar una donzella, de aquí d’este lugar. Ah, yo la amo, yo la quero, yo salí’n su buxquida”.
Y ya son veinte años de caminar, veinte años en los que al mismo tiempo que miro al frente tratando de que cada nuevo paso me lleve a explorar un territorio distinto, no dejo de voltear atrás, especialmente al momento de iniciar cada nuevo proyecto.  Miro atrás para nutrirme de la belleza y perfección de aquellos cantos que me inspiraron a arrancar el vuelo. Y cada vez que vuelvo a cantarlas, mi voz toca tierra. Es por todo esto que el descubrimiento maravilloso que fue hacer mías estas canciones y que tomó forma y color y se llamó “Entre la pena y el gozo” merece ser celebrado largamente, así que las campanas del festejo están empezando ya a sonar.