Decidir el
título de un disco nuevo es, por decirlo de alguna manera, delicado.
Muy delicado
y no siempre fácil. La mayoría de
las veces ha sucedido casi hasta el final, incluso con el disco ya
grabado. Así fue esta vez.
Parte de la
dificultad consistía en que el nombre que le diera a este proyecto dedicado a
los cantos sefardíes anónimos de los judíos españoles debía reflejar muchas
cosas: la poesía de las canciones,
su naturaleza viajera e itinerante, su conexión con los afectos, su belleza
orgánica y viva a pesar de ser cantos de hace siglos. Y también debía hablar de mi vínculo personal con ellas.
Busqué
primero entre los textos de las canciones y entre mis muchos apuntes sobre el
tema. Finalmente en uno de mis
libros encontré el nombre que buscaba.
En “La huella
hispánica en el legado musical de Sefarad”, María Luisa García Sánchez escribe:
“…después de más de cinco siglos, el hilo invisible de la tradición hace
posible que ambos pueblos nos reconozcamos, a pesar de diásporas y adversidades”. Al leer esas palabras pensé que era
precisamente una especie de hilo
invisible a través del cual estas canciones habían llegado a mi y que ese
mismo hilo invisible fue el vehículo
de mi encuentro privilegiado con el Cuarteto Latinoamericano y con la Sinagoga
Histórica Justo Sierra, el marco perfecto para estas canciones.
El Hilo Invisible – a todos los miembros del equipo nos gustó.
Con el
título del disco decidido, Claudia Sánchez, la diseñadora invitada a crear la
imagen del disco, empezó a jugar con hilos y a bordar.
Con Claudia,
autora de la imagen de varios discos cuyo arte es de mis favoritos, tuve largas
conversaciones para acercarla a lo que yo imaginaba, a lo que yo quería que
quienes tomaran el disco en sus manos percibieran.
Después de
algunas semanas de búsqueda, me empezó a enviar sus propuestas:
hilos
ensartados que dibujaban palabras; caligrafía con versos que remitían a la idea
de la navegación, de la palabra viva, de un mapa de ruta de vida.
Para
finalizar este relato, comparto aquí estas palabras que Claudia me escribió al
finalizar y que yo agradezco profundamente:
“En verdad ha
sido todo un placer conocerte y sumergirme en la belleza de tu voz y tu música.
Para mi fue un proceso sumamente interesante que me representó en todo momento un
reto a través del cual exploré nuevos caminos creativos y aprendí un nuevo
lenguaje para expresarme mucho más libre con la tinta los hilos y las letras...
En el camino conocí a un calígrafo maravilloso que me llevó a descubrir el amor
hacia la letra, los trazos y las palabras... Tú voz y tus canciones me llevaron
a navegar por paisajes internos profundos que no sabía que existían en mí, me
enseñaron y me llevaron a sentir y experimentar el amor profundo y maduro que
se siente solo cuando se reconoce y se aman los años de historias recorridas.
Digamos que tú música me llevó a explotar internamente y dar un paso más hacia
romper ciertos límites personales y creativos. Gracias, gracias gracias...”
Y yo a mi vez
doy gracias a todos los que se subieron a este barco conmigo y me acompañaron a
navegar y bordar este hilo invisible.
Creo que ya sé qué regalo quiero para Navidad. Seguro es excelente.
ResponderEliminarValdemar Ramírez
Bien!! Y ya me platicarás qué te pareció. Mientras tanto te comparto algo más sobre el proceso de El Hilo Invisible. https://www.youtube.com/watch?v=liJWo6pulFk&t=56s
ResponderEliminar